viernes, 24 de septiembre de 2010

APOYO RÁPIDO PARA DESASTRES NATURALES

La magnitud de los daños ocasionados por los recientes huracanes y lluvias en varios estados del país, ponen de manifiesto que el Fondo de Desastres Naturales ha sido rebasado y urge modificar sus reglas de operación para que cumpla su objetivo, opinó el diputado federal Rolando Zapata Bello.

Recordó que Yucatán se encuentra en una zona de ciclones ante lo cual hay que estar preparados para una eventual contingencia, no sólo a través del sistema de protección civil, sino con normas sencillas en materia federal que permitan liberar recursos rápidamente en caso necesario.

En su Diálogo Ciudadano de anoche y al amainar la tromba que azotó Mérida, que incluso motivó el cierre del aeropuerto de Mérida una hora, estuvo acompañado del diputado por el primer distrito Víctor Caballero Durán y del regidor Ricardo Béjar Herrera.

“Es una realidad que el cambio climático y el calentamiento global motiva que los expertos propongan una nueva visión para enfrentar las contingencias que han puesto en evidencia que todavía tenemos grandes rezagos en materia de prevención y restitución de los bienes afectados”, prosiguió.

“En cuanto a recursos públicos, los daños en Veracruz, Nuevo León, Tabasco, Oaxaca y Tamaulipas, demuestran que los esquemas presupuestales como el Fondo de Desastres Naturales ya están siendo rebasados por la magnitud de los incidentes”.

“En ese tenor, en la Cámara de Diputados estaremos trabajando sobre una revisión de los mecanismos de financiamiento para la pronta recuperación de la infraestructura y bienes de los damnificados”.

“En el caso del FONDEN, es importante agilizar su ejercicio. Asimismo, consideramos injusto el requerimiento que exige a entidades federativas y municipios el pago del 50% de los daños en infraestructura para que reciban la parte federal”.

Zapata Bello, puntualizó que el diseño de las partidas emergentes es para que solidariamente la Federación, que es la que cuenta con mayores recursos, acuda en apoyo de los estados gravemente afectados por los desastres naturales y que tienen las arcas vacías.

Fue más allá de las críticas y propuso avanzar en los aspectos que verdaderamente pueden solucionar el problema y que catalogó así:

“Una planeación territorial más adecuada para que los asentamientos humanos no estén en zonas de riesgo. Mayor inversión en infraestructura para resistir y enfrentar estos acontecimientos naturales y un programa integral de aseguramiento preventivo de bienes muebles e inmuebles”.

“Esto logrará auxiliar de inmediato a las personas afectadas por inundaciones, terremotos y ciclones. Fortalecería la prevención y, en consecuencia, evitaría las catástrofes económicas que acompañan a las contingencias”, concluyó.



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